También llamada “prueba del ácido” o de discrepancia fiscal, que consiste en analizar por año de calendario el patrimonio y el incremento patrimonial de las personas físicas del Grupo Empresarial, a fin de diseñar alternativas de corrección, justificación, o creación de estructuras viables para tales efectos, según sea el caso. En este punto es importante identificar, entre otros, los depósitos, los bienes inmuebles, acciones, cuentas por cobrar, inversiones, dinero, otros muebles, tanto en México como en el extranjero.